David Broome siempre ha hablado maravillas hípicas de su padre, sobre todo en el aspecto de entender la mentalidad de los caballos, y poderlos trabajar bien a diario. El jinete galés decía que su padre tenía un don para ese aspecto, ya que él era “un poco vago” para el trabajo.
Contaba David Broome en una entrevista lo siguiente: ”En el Campeonato del Mundo de La Baule 1.970 yo montaba un estupendo caballo de Douglas Bunn, Beethoven, que era realmente bueno aunque difícil de montar. El primer día no me fue nada bien y al día siguiente mi padre me lo trabajó por la mañana. Gané ese día, gané la siguiente calificativa, y pude ser campeón del mundo individual en la final. Una parte muy importante de mis éxitos deportivos la tuvo mi padre, que trabajaba realmente bien mis caballos”.
Carolo López-Quesada
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