Para qué esforzarse antes y para qué esforzarse después…
Les voy a relatar una curiosa circunstancia: el pura sangre Amato (Velocipede) ganó el Derby de Epsom en 1.938 cuando estaba 33 a 1 en las apuestas, siendo su debut en el mundo del turf. Primera carrera y primera victoria.
Lamentablemente se lesionó y no pudo volver a correr en el mundo de las carreras de caballos, por lo que se retiró imbatido con una carrera en su haber: el Derby de Epsom.
Poco esfuerzo y gloria total.
Carolo López-Quesada
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